jueves, 31 de mayo de 2012

Argentina, un país con buena gente

Hoy vi circular por Facebook uno de ésos párrafos reaccionarios que aparecen cada tanto invitando a copiar y pegar, léase esto como una invitación a no generar una frase, párrafo, opinión o critica propia. Voy a citarlo:
Por una Argentina como la que todos queremos, digamos BASTA.
Basta de falta de medicamentos.
Basta de trabas a las importaciones y exportaciones.
Basta de cepo al dólar.
Basta de Ciccones.
Basta de violencia verbal.
Basta de expropiaciones.
Basta de patoterismos.
Basta de impunidad.
Basta de autoritarismo.
Basta de no diálogo.
Basta de INSEGURIDAD.
Basta de corrupción.
CACEROLAZO y/o BOCINAZO el próximo jueves 31 de mayo a las 20.30hs. Seguir difusión si querés hacer algo para cambiar nuestra Argentina.
Me voy a detener en la primera oración. ¨Por una Argentina como la que todos queremos¨: esta expresión es al menos totalitaria, pensar que un país entero quiere lo mismo es un error enorme. Cada persona se mueve por distintos intereses. Me remonto a nuestra historia, cuando en reiteradas ocasiones un grupo de individuos logro imponerse  por medio de la violencia decidiendo que era  lo mejor para el resto.  Además  cuestiona las últimas elecciones democráticas, donde el cincuenta y cuatro por ciento de la población decidió a quien entregar las riendas de la nación. Pienso que existe gente con vicios de los noventa. No pueden comprender que hoy una parte de la sociedad se encuentra con voz y voto, mucho peor aún no entienden que los que tienen voz la están afinando para construir una sociedad en igualdad de condiciones. Llegando a la parte que dice: ¨Basta de no dialogo¨, no se puede pensar que para gobernar se tenga que recurrir a un sistema de plebiscitos, consultando que medidas adoptar en cada paso a seguir. Me resulta cuanto menos extraño que se diga: ¨Basta  de  violencia verbal¨, cuando como en la historia del mundo, la Argentina esta atravesada por la violencia y la corrupción. Somos una democracia joven que siempre esta exigiendo transformación. No me voy  a detener en los logros que consiguió este gobierno. Voy a hablar de los vicios del capitalismo, que hacen creer a la gente que solo lo tangible, lo material, lo que se puede comprar, le puede brindar seguridad y desarrollo personal. Hay instrumentos ya sea legales, medidas políticas y culturales que nos forman. Es sin duda el sentido de individualismo egoísta el que tanto corrompe. No puedo analizar medidas económicas, no se del tema. Puedo si decir que me interesa debatir en cualquier sitio, con calma, paciencia, sin violencia, aprendiendo de las diferencias. Pero también hay otro vicio de los noventa, ésa supuesta apolítica de la cual aun existen resabios y con la cual no se puede dialogar. Quiero también salir de mi fanatismo y ser autocritico. Voy a apoyar todo lo que esta bien de este gobierno, y lo que esta mal, esta mal y no tiene que ser así. En este tiempo aprendí que no se puede pensar en cambiar las cosas desde afuera. Hay que ser crítico, acompañar lo que esta bien y repudiar lo que esta mal. Todo gobierno tiene sus cosas buenas o malas. Disfruto que la gente pueda expresar su deseo de cambio, pero cuando el deseo es individual y egoísta, este por su propio peso cae, ya que se necesita mucho más para nivelar la balanza de las acciones que están bien o mal. Ayer por la noche viaje sentado en los asientos de adelante del bondi, al lado del chofer. Pude escuchar una conversación con otro pibe de mi edad. El colectivero le decía como hacer para entrar en la empresa y los beneficios que tenia. El pibe que estaba sentado a mi lado siguió preguntando con mucho interés. Cuando se bajo del bondi tenía en su cara un aire de esperanza, es ése aire de esperanza el que prefiero palpar todos los días, no el odio y la hecatombe que algunos pretenden imponer.

miércoles, 30 de mayo de 2012

Duelo

Faltan apenas unos días para una fecha muy especial, que ya no es correspondida, tu cumpleaños. Solo puedo dejar en palabras y así transformar en eterno este pensamiento. Me acabo de despertar y un amigo me habla por chat, me cuenta que esta por viajar a Paraguay para ver a su familia, su abuela falleció y esta yendo al re encuentro con sus seres queridos. Siempre me resulto humano ver como las tragedias unen a la gente. Abro el Messenger, tengo dividido los grupos: trabajo, hockey y familia. En este último veo tu nombre, me pregunto acaso si por dejar de dormir a tu lado, podría dejar de sentirte parte de mí. Hoy no puedo ser políticamente incorrecto, no puedo salir por vos, solo puedo soñar en salir a buscarte con los brazos abiertos, contarte lo difícil que se hace mantener firme la decisión de estar separados, lo arrepentido que estoy de los errores que tanto me están haciendo crecer, explicarte que a veces mis ojos necesitan verte, mis oídos escucharte y mi cuerpo sentirte. Pasar horas debatiendo un tema, exponer nuestras ideas, entender la diferencia, crecer o dejar de debatir, resumiendo todo en una mirada sellada en un beso. Agarrarte la mano mientras camino. Dormir sobre tu pecho. El mate del fin de semana cuando nos despertábamos. Las noches de balcón. Las siestas en el sillón. Bailar apretados. La cucharita de todos los días. Los besos en la madrugada.
Sentir envidia es desagradable, mucho más aún cuando se trata de un tema como este. Mi amigo esta por viajar para ver a su familia, el motivo del viaje es una tragedia: la muerte. A pesar de esto, se me hace imposible no pensar en re encontrarme con¨ mi familia¨, la que estaba construyendo con vos y hoy es un puñado de recuerdos que levitan en mi mente. El duelo se hace presente, no lo puedo tocar pero me recorre, no me abandona.

lunes, 28 de mayo de 2012

Con la guardia baja

Julieta.- Hola. Vamos hasta la guardia del Hospital Italiano por favor, la entrada que está por Perón.
Chofer.- ok.
Tarde casi dos horas en lograr que se levantara de la cama. Pareciese  que ir a un doctor no entraba en sus costumbres, así que comencé una serie de preguntas: ¿hace cuanto que no vas?, ¿te da miedo?, y de golpe le pregunté: ¿Que obra social tenes?, se recogió el pelo y me dijo con una voz muy tranquila: ¨No tengo. Quiero esperar a tener el carnet con mi nombre y apellido correcto. No quiero tener una credencial que no diga quien soy realmente¨. Trague saliva  y seguí con mi actitud de pesado tratando de convencerla de ir al medico. Durante esas vueltas que daba antes de salir, me pidió alrededor de cuatro o cinco veces que me vaya, con la excusa de que  podía arreglarse sola. Algo estaba pasando y no me daba cuenta.  Comencé a pensar, ¿que podía tener de malo ir a ver un doctor?
De la mano de un dolor en la boca del estomago, en ese momento de debilidad que tienen los cuerpos, el miedo estaba dando vueltas alrededor de Julieta. Fuimos a el hospital Italiano , donde no la vio ningún doctor, en cambio fuimos observados por señoras y señores que a pesar de estar esperando ser atendidas de urgencia, estaban en condiciones de clavar sus miradas en ella, como si mirar intensamente los llenara. El tiempo me enseño que el cuerpo habla y que existe un lenguaje que no se explica: las ¨miradas¨. Nos atendieron tres pibes, que se pisaban entre si al hablar, que si, que no, que hay turno, que no hay, que la consulta es cara y bla bla. Nos fuimos al Hospital Durand. La guardia estaba colapsada de gente. Las miradas disminuyeron. Las imágenes que regala una guardia cómo la del Durand parecen  extraídas de una película de Trapero. Al cabo de media hora Julieta estaba hablando con mitad de la guardia. Habían pasado casi tres horas de espera, estaba parado y tenía la cabeza apoyada contra la puerta. Me quedé con una sonrisa mirando como se integraba dándole charla a dos señores mayores, cuando noté que se le transformo la cara, elimino su sonrisa y cerró la boca. Me acerque y le pregunté que había pasado. Imagine por sus expresiones que algo había sucedido. Me respondió con voz firme, como para hacerse escuchar bien.- ¨Los señores me dijeron que la culpa de la demora es por que atienden muchos bolivianos y paraguayos, y cómo no estoy en condiciones de discutir no les hable más¨
En los dos centros de salud sentí algo similar. Por las características, eran lugares para hacer algo concreto, atender una necesidad, una urgencia. A veces parece que la principal urgencia se encuentra en dividir, separar y marcar las diferencias. ¿Si no por qué no relajarse?

miércoles, 23 de mayo de 2012

Noche

Se relajan las sonrisas,
se chocan los planetas,
 se entienden los cuerpos,
 se olvidan los problemas.

Sincronizo el despertador,
apoyo la cabeza,
dejo los faroles encendidos,
levitan las certezas.

domingo, 20 de mayo de 2012

Miradas cómplices


.- $2,55 por favor. -
Chofer.- ¿monedas o sube?
.-Sube.

Me senté en el asiento que daba a la puerta del medio. Abrí el bolsillo de la mochila y me dispuse a leer. Al cabo de varios minutos levanté la mirada, el bondi estaba cruzando puente la noria cuando me di cuenta que había un grupo de pibes con aspecto de dejadez. Esto es frecuente, entrar en el código de aceptación de que muchos pibes se pasan el día tomando falopa me aterra. Entre la variedad de sonidos pude escuchar de fondo una conversación, estaban debatiendo quien compraba a el transa más copado, cual daba las mejores bolsas, con que pipa pegaba mejor, etc. El movimiento del bondi corrió mis ojos del libro. Dando vuelta mi cabeza pude observar a otro grupo de pibes con las mismas características, estaban sentados detrás de mí, tenían menos euforia que el primer grupo y también muchos más años. Es extraño pero note que a diferencia de los jóvenes, este grupo estaba tranquilo, no tenia esa exaltación por lo que estaban haciendo, incluso se podía ver en su comportamiento una gran diferencia, no estar orgullosos de esa vida. Traté de volver a poner mi concentración en el libro que dice: ¨Vivimos, entonces en una sociedad que ha ahogado la posibilidad de la crítica. Y que la ha ahogado para establecer un orden de desmesurada exclusión. Un orden de desmesurada injusticia. La injusticia es violencia. Un orden que condena a los hombres a la marginación, el hambre y la muerte social es un orden violento¨ (J.P Feinmann). Me cuesta entrar en la lectura. La pesadez del aire, el olor de los cuerpos que abandonan la limpieza, pibes de mi edad que parecen una generación mayor, miradas que se pierden en el suelo y esa sensación de complicidad acariciándome. Cuando estabamos llegando al barrio de Pompeya,  la mayoría se comienza a excitar por la llegada a Zabaleta. Algunos se acomodan la plata como un bollo en las medias o en las zapatillas. Se amontonan en la puerta, suena el timbre, el colectivo para y comienzan a bajar. No los había contado hasta ese momento, en el que el colectivo quedo casi vacío. Eran más de diez personas caminando como en una procesión a comprar paco, merca o la mierda que sea. A mi lado estaba una chica con la cual cruzamos miradas, del otro lado del bondi hay otro pibe que me mira y mueve la cabeza para ambos lados, como descreyendo la situación. Hace un tiempo que vengo pensando en la sensación extraña que me genera este bondi, esa angustia que reaparece en cada ocasión. Complicidad, marginación y naturalización de los sistemas de exclusión no deberían ser aceptados tan fácilmente.

jueves, 10 de mayo de 2012

Pájaro de ciudad

Tú piensas en libertad.
Nadas en cemento,
añoras volar.

Sos un número en una ciudad.
Deja ese corazón en paz.
Ya no hay sangre que drenar.

miércoles, 9 de mayo de 2012

La plaza de la TRANSFORMACIÓN

Me animo a decir que esta plaza me acompaño en momentos únicos. Me recuerdo saliendo del cine Gaumont con la cabeza metida en la transformación de un personaje. Pero, ¿Cuantas veces me trasforme en este lugar? Acá fue donde hace casi dos años se aprobó el matrimonio igualitario. Estaba con mi amor. Nos miramos a los ojos y supimos que todo había cambiado, en realidad sabíamos que todo estaba cambiando.
Hace apenas unos días vine a este mismo lugar, era el festejo por la estatización de YPF. También hace unos meses me encontré aquí parado entre la muchedumbre escuchando la apertura de las sesiones legislativas. Desde esa tarde venía anhelando el momento en que se debata la ley de identidad de género.
En el recorrido para llegar a este día conocí muchas personas y me libré de muchos prejuicios. Hoy soy consciente de lo peligroso que es naturalizar algunas palabras como: violencia y discriminación. Ellas son amigas, van de la mano para rondar en la vida de la gente. En algunas personas se manifiestan de una forma explicita, mientras que en otras solo pasan a coquetear. Algunos la pueden reconocer en lo cotidiano y pueden protegerse o luchar contra ellas, pero esto sucede sólo con el tiempo, llegar a esta maduración no es una tarea sencilla. ¿Qué pasa entonces con lxs chicxs travestis y trans? ¿Qué pasa cuando ser genera una carga social en la mirada de los demás? ¿Qué pasa cuando se naturaliza que por ser así se tiene que seguir un camino de exclusión? ¿Qué pasa cuando se sufre por estas dos palabras? ¿Qué pasa cuando se esta predestinadx? Se puede continuar con la naturalización de los sistemas de exclusión, dejarse derrotar por los estereotipos de una sociedad que se niega a cambiar o se puede accionar en base a esa realidad. Eso fue lo que sucedió, la necesidad de transformación se torno imperiosa y se comenzó a respirar lucha. Se sumaron voluntades, muchas personas dedicaron su tiempo a una causa que tomaron como propia y así fue como un sector que no tenía voz empezó a hacerse escuchar. Y así fue como algunos conocieron el interior de esas chicxs que veían paradas en las esquinas, esxs chicas que son sinónimo de burla. Es muy fácil y simple quedarse con el exterior de una persona, solo ver la imagen y no pensar más allá de eso. Como si unx fuera solamente la ropa que usa, como si unx fuera solamente mujer o varón, como si uno fuera solo una imagen que tiene que gustar o puede desecharse rápidamente, como si unx no tuviera sentimientos. Es difícil ahondar en lo que no se conoce y es más difícil aún ponerse en el lugar del otrx pero esto resulta un ejercicio interesante para lxs que día a día intentan ser una persona mejor. Hoy la organización, la militancia y la política me demuestran que se puede pensar en un país superior, se puede luchar por ese sueño que es la igualdad. Se me llenan los ojos de lágrimas, el pecho de orgullo y el corazón de amor al saber que hoy somos una sociedad un poco más justa.