domingo, 22 de abril de 2012

Otoño

Camino con la brisa de un nuevo  otoño, intento adaptarme a una nueva compañía.  Sigo al sol para no sentir el viento fuerte de las sombras. El gris de las baldosas marca las huellas de mis pasos. El ruido de la ciudad en off, los colectivos, las charlas de las señoras que hacen  cola para entrar al cine, unas sonrisas y dos pibes se encuentran en un abrazo justo delante mio. La nostalgia aparece en cada rincón. Mis ojos se pierden en cualquier punto. Otro abrazo ajeno me sorprende y me pierdo imaginando la historia de esas dos personas que me regalan un nuevo cuento.
Sentado en un banco de plaza, deseando tener un mate en la mano, me vuelvo a perder pero esta vez en el cielo. Mirar hacia arriba es un entrenamiento de abstracción que vengo practicando por estos días, pasa un tiempo y me reincorporo con una sensación de mareo. El sol se esta por ir, las luces de la ciudad se prenden, el frio aparece. Todo pasa. Esta transformación traerá otra aun más fuerte. Se hace de noche.