Hace algunos años tuve una charla sobre sexualidad
dictada por la profesora de biología del colegio secundario al que asistía. La charla
se baso en reproducir información que hoy es considerada des-actualizada y sobre
todo por fuera de las legislaciones vigentes, en definitiva fue una breve explicación
sobre el aparato reproductor femenino y masculino. Era chico pero hoy comprendo
que no fue suficiente ni me brindo las herramientas de cuidado para construir
conciencia de salud en el inicio de la actividad sexual. Resulta extraño que se intente promover un
cambio que brinde respuestas a las tasas de embarazo adolescente y a las nuevas
infecciones de VIH y demás enfermedades de transmisión sexual, es que nunca se
producirá una transformación positiva repitiendo conceptos antiguos que esquivan
logros colectivos recientemente conquistados.
Fueron muchos los avances que se dieron en
la sociedad en el transcurso de los últimos años, sin embargo la implementación
de la Ley Nacional de Educación Sexual Integral continua siendo un reto que nos
debemos a nivel federal. La autonomía de
las provincias se interpone con las leyes nacionales para evitar que nos
desarrollemos, se coloca por encima la autonomía constitucional de las
provincias y de la ciudad, alejando a la
población de la soberanía de sus cuerpos y decisiones. Son muchos los estados
provinciales que no adhieren a esta ley y es mayor aún el impacto que tiene esta
decisión en la salud de las personas. El acceso a la información de calidad en
materia de educación sexual es un derecho que se vulnera reiteradamente por funcionarios/as,
directivos y educadores/as que desde el conservadurismo mantienen una
concepción biológica de la sexualidad que retrocede el progreso que las leyes establecen.
Recuerdo que al recibir el diagnostico positivo me sentí muy triste, fue
un duelo interno y alejado de toda la información que las estadísticas epidemiológicas
evidencian.
Estando cerca del 1 de diciembre se podrá escuchar mucho acerca del VIH y el
SIDA, cabe destacar que estas etapas de la infección son distintas y que en la
actualidad se puede llevar una vida saludable con el correcto tratamiento anti
retroviral. Pero también es hora de que la cobertura y el tratamiento de las
noticias que se dan en el marco de esta fecha estén a la altura de las
circunstancias, con esto quiero decir que es hora de producir cambios en el
imaginario social. Considero que desde la terminología se puede dar un paso
hacia la re significación. Las personas que vivimos con VIH no somos
portadores, no podemos sacarnos el virus
como si fuera una hebilla o un pañuelo, está en nuestra sangre, en nuestro
cuerpo y no es un arma. El 1 de
diciembre se planteo hasta el año 2011 como el Día Mundial de la Lucha Contra
el VIH y SIDA, la modificación de la efeméride promovida por ONUSIDA declara
esta fecha como el Día Mundial de la Respuesta al VIH y SIDA, removiendo así la
palabra lucha y la connotación belicista que esta lleva. Así fueron removidas
dos palabras que tienen una carga etimológica significativa pero resta que
estos cambios sean conocidos por la sociedad en su conjunto.
En 2013 no existen excusas para que la juventud quede expuesta al VIH, ni para
que la violencia y la discriminación sean noticias de nuestro cotidiano. Evitar
naturalizar los sistemas de exclusión es uno de mis motores de acción. Así como
lo es promover la educación sexual y su aplicación, estoy convencido que son
los primeros pasos para construirnos como sujetos de derecho con capacidad de
decidir sobre nuestra vida y sexualidad, otro gran debate que en esta sociedad
en desarrollo nos debemos, es el de la autonomía de nuestros cuerpos, el día
que demos ese paso estaremos avanzando hacia una sociedad que ponga en debate
las necesidades de cambio de las personas.
A menos discriminación, menos VIH y mas vida positiva digna. La respuesta al
VIH somos todas y todos, actuemos ahora.