lunes, 13 de agosto de 2012

Capacitados para señalar

Hoy salió una publicación  acerca del tratamiento de dos ginecólogas de la provincia de Tucumán hacia una joven de veintiséis años que recurrió a un centro medico. Está mujer llegó con un aborto en curso y en vez de ser recibida y tratada, recibió maltrato psicológico, vulnerando así los derechos de la paciente.
http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-200919-2012-08-13.html .
Como parte de un ejercicio hace un tiempo que trato de evitar hacer juicio de valor a personas que accionan de cierta forma frente a determinados hechos pero esta vez siento necesario hacerlo. Pienso en estas dos profesionales que condenaron a una paciente, como si su labor fuera otra que nada tiene que ver con sanar. ¿Quién puede realmente decirle que esta bien o esta mal a una persona que decide sobre su cuerpo?, ¿donde está el secreto medico?, ¿qué ¨ser¨ supremo se encuentra alojado en la capacidad de condenar las acciones ajenas?, ¿qué sucede cuando una profesión como la de medico crea una mente dispuesta a cargar de prejuicios y condenar según le parezca a sus pacientes? ¿Es realmente justo esto? Me estaré equivocando al pensar que cualquiera de nosotros tendría que tener la capacidad de decidir sobre nuestros cuerpos. Será erróneo pensar que nadie y mucho menos un profesional al que se recurre por una necesidad básica como lo es la salud tenga el derecho a cargar de personalismo las acciones  de cualquier persona. Hay que tener cuidado con los que piensan que tienen la potestad de condenar las decisiones personales. No puedo dejar de preguntarme cuando será el día en que se respete a la mujer como se debe, corriéndolas de la imagen de ser sólo madre. Es increíble lo adiestrados que estamos, una sociedad machista que concesiona derechos mediante luchas culturales y sociales en las que hoy los cuerpos son las principales victimas.